Astrológicamente hablando, Saturno es lo contrario que Júpiter. Representa una energía de contracción, mientras que Júpiter representaba la energía de expansión.
La persona con un Saturno destacado actúa desde la cautela y el temor. No suele lanzarse a la aventura, ni buscar situaciones nuevas, porque le desbarataría su mundo psíquico perfectamente estructurado. Necesita mucho control y mucho orden en su vida .
Saturno es un planeta de defensas: nos creamos defensas emocionales para evitar ser heridos; nos protegemos en nuestras acciones para evitar sorpresas desagradables; nos protegemos físicamente para preservar nuestro organismo de males posibles. Pero un cierto grado de control, de preservación, de cautela y de serenidad siempre es necesario para poder llevar a cabo lo que queremos en la vida. Por eso podemos decir que las energías de Júpiter y Saturno se complementan si actúan armónicamente.
Saturno también representa la autoridad, tanto la que nos viene de afuera como la que nos creamos interiormente. Tradicionalmente es el símbolo de la autoridad del "Padre".
Es una energía que, además, nos proyecta hacia la vida social. A medida que vamos creciendo, adquirimos mayor madurez, y es esa madurez la que nos permite obtener los logros sociales y encontrar un lugar adecuado en el mundo. Con Saturno nos sentimos responsables, disciplinados, eficaces y laboriosos. No tiene la chispa del Fuego, pero tiene, a cambio, la facultad de obterner resultados y materializar las ideas que, de otra forma, se quedarían en el aire como eso, como meras ideas.
Por Saturno puede ser bastante retraído, si no trabaja con sus miedos. Un exceso de cautela puede bloquear su impulso a la acción y un exceso de miedos puede impedirle relacionarse adecuadamente o llevar a cabo lo que realmente necesita hacer. Ese es el hándicap de Saturno.
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