La Luna es el planeta por excelencia de las emociones. Junto con el Sol, forma un par que representa lo masculino y lo femenino, el padre y la madre, la consciencia y el inconsciente.
Simboliza nuestras reacciones instintivas, nuestra sensibilidad y la necesidad que tenemos de cuidar y ser cuidado/as, nutrir y ser nutrido/as y amar y ser amado/as incondicionalmente.
Es el planeta de la infancia, de la niñez y del hogar primero. Allí donde se encuentre la Luna en la carta natal se representa la forma en que nos manifestamos emocionalmente y respondemos de manera automática (sin pensar) a los estímulos que nos llegan de afuera. La Luna es un planeta de hábitos, de respuestas aprendidas y pautas de comportamiento condicionadas.
Dependiendo del signo en que se encuentre, nos dará información sobre la forma en que mostramos nuestras emociones y reaccionamos: en Aries, reaccionamos con agresividad e impulsivamente; en Tauro, es difícil que alguien nos haga salir de nuestras casillas; en Géminis, racionalizamos nuestras emociones; en Leo, queremos ser el centro de atención y nos mostramos emocionalmente exigentes para conseguirlo; en Cáncer, nuestra madre es lo mejor del mundo...
La Luna representa también nuestra parte inconsciente, la imaginación y la fantasía. Representa una parte sensible y vulnerable de nuestro ser y nos hace ser muy influenciables por el medio ambiente.
Observemos en qué parte de la carta tenemos a la Luna y los aspectos que hace con otros planetas para entender mejor de qué manera mostramos nuestras emociones y establecemos vínculos afectivos en busca de la seguridad emocional.
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