Aunque astronómicamente se le ha degradado a la categoría de "planeta enano", astrológicamente Plutón sigue siendo el símbolo de nuestras crisis de transformación.
Simboliza la muerte y el renacimiento, y con ello se alude a todas las muertes, físicas y psíquicas, que experimentamos los seres humanos en nuestra vida. Pues no hay cambio ni evolución sin el movimiento sísmico que nos produce la energía plutoniana.
Plutón es como un volcán en erupción: nos remueve lo más profundo de nuestro interior para empujarnos a cambios intensos. Hace un verdadero trabajo de drenaje, destruyendo lo que ya no nos es útil para dejar paso a nuestra riqueza interior.
Simboliza también la sexualidad, como experiencia de intensa fusión entre dos personas. Las individualidades se unen para encontrarse en una nueva totalidad.
Plutón es la intensidad. Puede ser hiriente, obstinado, persistente... No es fácil de llevar cuando lo tenemos prominente en nuestra carta, pero a través de su energía nuestra consciencia es capaz de desarrollarse facilitándonos el camino de la pureza y la regeneración.
Si entendemos la función que los planetas transpersonales tienen en nuestra vida, podemos hacer uso de lo que simbolizan para transitar por los caminos de la consciencia, transmutando nuestras energías a través del yoga o la meditación, o cualquier otro sistema de trabajo interior.
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