24 de octubre de 2012

MARTE

   
    Marte es el planeta por excelencia de la masculinidad. Representa el deseo sexual, la iniciativa, el impulso, la agresividad y la autoafirmación, entre otras cosas.

     La energía de Marte es la que nos permite tomar iniciativas, impulsarnos. reaccionar y actuar.   Es una energía exteriorizante y gracias a ella somos capaces de tomar las decisiones necesarias en cada momento para defendernos del medio o, simplemente, para llevar a cabo nuestras ideas y proyectos.

     Como planeta de la sexualidad, forma un tándem con Venus, símbolo de la unión y los vínculos. Cada uno expresa una parte de las relaciones entre ambos sexos: Venus como energía de atracción y Marte como expresión del impulso sexual.

     En cuanto a la agresividad, debemos entenderla tanto en su sentido más armónico (como agresividad sana, necesaria para la supervivencia) como en el sentido más inarmónico (violencia, agresión). Dependerá de los contactos que haga Marte en nuestra carta natal con los demás planetas y de nuestra propia evolución personal el que manifestemos nuestra agresividad de una forma u otra.

     La autoafirmación es otro de los aspectos que simboliza el planeta Marte. La forma en que nos autoafirmamos ante los demás, mostramos nuestra asertividad y no nos dejamos manipular vienen descritas también en su simbolismo. No obstante, hay que tener encuentra el signo en que se encuentra Marte y los aspectos que hace a otros planetas para comprender la manera en que nos mostramos al mundo. Un Marte en Piscis generalmente no lo tendrá fácil para ser tenido en cuenta; Marte en Libra se autoafirma evitando los conflictos; Marte en Cáncer tiende a usar su fuerza de maneras sutiles e indirectas, etc.

     Tanto en el hombre como en la mujer, las energías simbolizadas por Venus y Marte nos hablarán de las formas en que nos relacionamos con los demás y de la manera en que nos  autoafirmamos y mostramos nuestra voluntad. 
     Un desarrollo adecuado de la personalidad nos llevará a manifestar estas y las demás energías planetarias de un modo adecuado y sano, evitando relaciones morbosas o actitudes agresivas indeseadas. 

21 de octubre de 2012

VENUS

       Este el es planeta por excelencia de la mujer, lo mismo que Marte es el planeta del hombre. Sus símbolos son bien conocidos y representan precisamente estas dos energías. Venus era la diosa del amor, y de ahí que se le asocie con las relaciones afectivas y amorosas. 

      Con Venus experimentamos la necesidad de establecer vínculos, de relacionarnos con "el otro" para formar una asociación en la que damos y, sobre todo, recibimos. La pareja nos sirve de espejo en el que nos contemplamos o nos complementa en aquellos aspectos personales de los que carecemos. Hay muchas maneras de relacionarse, y tienen que ver con el signo, la casa y los aspectos de nuestro Venus en la carta natal. Pero hay que señalar que, donde tenemos Venus, ahí es donde aprender que somos  personas únicas capaces de unirnos a otras personas también únicas, conservando en la unión nuestra propia individualidad.

       En las mujeres, se asocia a este planeta con la autoestima femenina, con los gustos propios y los valores personales. Es un planeta que ama la estética, la belleza y los placeres de la vida. De hecho, se le representa con las imágenes pictóricas y escultóricas de la Grecia clásica y del Renacimiento.

       En los hombres suele aludir al tipo de relaciones femeninas que busca a lo largo de su vida, aparte de todas las consideraciones que hemos hecho acerca del significado del planeta.

      Es una energía que simboliza también la armonía y el equilibrio (es regente de Libra y de Tauro), por ello podemos interpretar astrológicamente que donde tenemos a Venus es donde vamos a buscar la armonía y el equilibrio en nuestra vida.

     Observemos cómo creamos nuestros lazos de unión y amor con las personas que nos rodean analizando el significado de nuestro Venus natal.

17 de octubre de 2012

MERCURIO


       El Mercurio astrológico es el planeta que simboliza nuestra facultades mentales. Según el signo en el que se encuentre, nos dirá de qué manera pensamos y accedemos a la información. Nos hablará de las mentes sensitivas (Mercurio en signos de agua), de mentes racionales (en signos de Aire), de mentes instintivas (signos de Fuego) o de mentes pragmáticas (signos de Tierra), entre otros muchos factores.

     Es el planeta que simboliza, también, las comunicaciones, pues nos describe las formas en que establecemos relaciones con lo que nos rodea. Generalmente, asimilamos mucha información, ya sea a través de nuestros sentidos, como a través de nuestro entendimiento racional o de nuestros instintos; la cuestión es que Mercurio nos permite analizar, encasillar, relacionar, compilar, etc, ese cúmulo de información que nos llega de afuera y devolverla a su vez en nuestras conversaciones y relaciones. 

     En la mitología griega y latina a Mercurio se le representaba como un joven con alas en los tobillos, queriendo decir que era el mensajero de los dioses, el que viajaba desde el monte Olimpo hasta el Averno, trasladando las noticias de un lugar a otro. Esto nos dice mucho del significado de este planeta, pues es el gran comunicador y el que expande las noticias allá por donde va. Además, nos señala un punto importante que a menudo pasa desapercibido, dada la fama que tiene de superficial: la capacidad para sumergirse en los ámbitos más ocultos de la mente y sacar a la superficie información que los demás no podemos ver.

     Representa, igualmente, las etapas primeras del aprendizaje (Júpiter representa los estudios superiores) y, por tanto, cada acto que emprendemos para aprender algo nuevo. No obstante, una de las características que tiene este planeta es su inconstancia, pues nos hace empezar muchas cosas y no terminar ninguna. ¡Hay tanto que aprender! A no ser que se encuentre en un signo de tierra o en contacto con algún planeta más terrenal, nuestra curiosidad nos llevará a picar de aquí y de allá.

      Por último, destacar la gran versatilidad y capacidad de adaptación que nos otorga este planeta, tanto a la hora de probar cosas diferentes como en las relaciones que establecemos con el mundo en general.

15 de octubre de 2012

LA LUNA

     La Luna es el planeta por excelencia de las emociones. Junto con el Sol, forma un par que representa lo masculino y lo femenino, el padre y la madre, la consciencia y el inconsciente. 

     Simboliza nuestras reacciones instintivas, nuestra sensibilidad y la necesidad que tenemos de cuidar y ser cuidado/as, nutrir y ser nutrido/as y amar y ser amado/as incondicionalmente.

     Es el planeta de la infancia, de la niñez y del hogar primero. Allí donde se encuentre la Luna en la carta natal se representa la forma en que nos manifestamos emocionalmente y respondemos de manera automática (sin pensar) a los estímulos que nos llegan de afuera. La Luna es un planeta de hábitos, de respuestas aprendidas y pautas de comportamiento condicionadas.

     Dependiendo del signo en que se encuentre, nos dará información sobre la forma en que mostramos nuestras emociones y reaccionamos: en Aries, reaccionamos con agresividad e impulsivamente; en Tauro, es difícil que alguien nos haga salir de nuestras casillas; en Géminis, racionalizamos nuestras emociones; en Leo, queremos ser el centro de atención y nos mostramos emocionalmente exigentes para conseguirlo; en Cáncer, nuestra madre es lo mejor del mundo...

     La Luna representa también nuestra parte inconsciente, la imaginación y la fantasía. Representa una parte sensible y vulnerable de nuestro ser y nos hace ser muy influenciables por el medio ambiente.

     Observemos en qué parte de la carta tenemos a la Luna y los aspectos que hace con otros planetas  para entender mejor de qué manera mostramos nuestras emociones y establecemos vínculos afectivos en busca de la seguridad emocional.

El SOL


     El Sol en Astrología representa al centro de nuestra individualidad. Se asemeja al Sol real en cuanto que ocupa un lugar destacado dentro del Sistema de planetas al que pertenece. Sólo hay que asociar la idea del Sol con términos como luz, brillo, centro, vida y tantos otros para darnos cuenta del significado que tiene cuando lo aplicamos a la Astrología: consciencia, identidad, individualidad, voluntad... A nivel personal, el Sol es nuestra identidad, la parte de nuestra psique que representa lo que somos a nivel consciente. Es el yo, el centro de toda la personalidad, alrededor del cual giran todas las demás funciones.

      Cuando lo asociamos al signo en el que se encuentra en la carta natal individual, podemos decir que somos de una manera o de otra: soy una persona atrevida (Sol en Aries), tranquila (Sol en Tauro), racional (Sol en Géminis), etc. Es decir, nos identificamos con las cualidades que representa el signo astrológico.

     El Sol simboliza también la figura masculina, o lo masculino, y especialmente al padre, (aunque Saturno es también representativo de la figura paterna). Es, igualmente, símbolo de todos los héroes solares de la mitología, pues nos indica el camino que debemos hacer internamente para ser verdaderos individuos. 

     Sin embargo, la mayoría de la gente no es consciente de sí misma. No es fácil acceder al conocimiento de lo que somos, por lo tanto, no es fácil hacer visible nuestro Sol. 

      Observemos en qué parte de nuestra carta se ubica y qué aspectos hace con otros planetas para obtener una visión más íntegra de nuestro sentido del yo.

9 de octubre de 2012

Sintonizar con el cambio


     De las relaciones entre el símbolo y la realidad ha surgido el entendimiento una Astrología que, en la época en que vivimos, adquiere más sentido si la estudiamos desde una perspectiva psicológica y de autorrealización, porque las circunstancias externas nos están obligando a mirarnos muy fijamente para entender qué está pasando a nuestro alrededor. 

     No podemos obviar que todo lo que ocurre a nivel político, económico, social, ideológico, etc., en su conjunto deriva de modos de pensar y actuar de personas individuales. Lo que ocurre es que el conjunto de actuaciones colectivas forman un todo que es mayor que la suma de las individualidades, y por eso vemos lo de fuera como algo lejano. 

    Si nos diéramos cuenta de la importancia que tenemos cada ser humano en el desarrollo de los acontecimientos,    podríamos actuar de una forma más íntegra a favor del  cambio colectivo. Y no me refiero sólo a lo externo, sino más   bien a lo interno. No puede haber cambio en los distintos 

ámbitos de la vida si no hay cambio en nuestra consciencia. Y  no me refiero a cambios materiales y superficiales, sino a  cambios verdaderos, que realmente conduzcan a una  percepción más íntegra de la vida, más honesta y más ética, de acuerdo con principios universales y no con principios sesgados de la realidad.

     Para que se dé el cambio hace falta que nos demos cuenta de cómo somos y de qué hace falta mejorar en nuestra vida.  Es necesario sintonizar con aspectos que están muy en el fondo de nuestra psique  y de los cuales rara vez somos conscientes . Pero cada vez tenemos más herramientas para hacer ese camino interior que, desde el momento en que se comienza, repercute en el exterior de una forma casi mágica.

     Hasta ahora hemos andado un camino, con mayor o menor dificultad. Puede ser que lo que hayamos andado
 nos satisfaga plenamente y no necesitemos más, o  que el
 camino haya estado tan lleno de obstáculos que necesitemos seguir trabajando para lograr un mínimo de bienestar interior.

     Nos hemos acostumbrado a mirarnos superficialmente y no nos hemos dado cuenta de que estamos inmersos/as en un proceso colectivo mayor. Además, si miramos más a dentro, encontramos grandes resistencias que nos 
impiden atravesar la superficie de nuestra personalidad, 
esa que hemos creado a lo largo de los años y nos protege de cualquier inclemencia y de cualquier temporal, sobre todo emocional.

     A veces es necesario desaprender para poder dejar paso a lo nuevo; crearnos y recrearnos para dejar atrás las viejas maneras de actuar y de ser. Cuando el mundo se remueve bajo nuestros pies, tenemos la  opción de esperar a ver qué va a pasar o bien actuar dejándonos llevar por el aire creativo del cambio.

     Hay muchas herramientas, técnicas y procedimientos que ayudan a dar ese paso. La Astrología ofrece el marco teórico, psicológico y transpersonal necesario para conocernos profundamente, pero además hace falta un verdadero trabajo con las energías para posibilitar la transformación real.

     Si tan sólo pudiéramos sentarnos unos minutos a meditar, dejando que la mente aprenda a estar en silencio, y que del silencio de la mente surja una pequeña gota de consciencia, ya estaríamos cambiando el destino.




7 de octubre de 2012

Los planetas en Astrología

   
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     Los planetas, en Astrología, representan las distintas dimensiones del ser humano. Cada planeta simboliza una determinada faceta de la personalidad, y se expresa dependiendo del signo en el que esté ubicado y de la Casa en la que se encuentre.
     Por ejemplo, cuando hablamos del Sol  nos estamos refiriendo a nuestra identidad, a aquella parte de nuestra psique que asociamos con lo que somos. Si tenemos un Sol en Aries, nos identificaremos con las características del signo Aries; si lo tenemos en Tauro, entonces nos identificaremos con las características de este signo y no con las de otro.
     En el caso de la Luna, hace referencia esencialmente a la función emocional de nuestra psique; Mercurio, a nuestra mente e intelecto; Venus, a nuestra capacidad para relacionarnos y amar, y así podemos seguir con cada uno de los planetas. (Como son símbolos, y dado que el sistema que utilizamos en Astrología es geocéntrico y no heliocéntrico, al Sol y a la Luna lo consideramos planetas.)

     Cuando estudiamos Astrología, antes de poder asociarlos con los signos, las Casas y los aspectos, es necesario tener muy claro qué significa cada planeta, porque ese significado se verá posteriormente matizado por las características de los otros factores.
  • Los planetas más cercanos a la Tierra, desde el punto de vista geocéntrico, se llaman "planetas personales" y son el Sol, la Luna, Mercurio, Venus y Marte. Indican factores psicológicos internos de nuestra personalidad.
  • Júpiter y Saturno son "planetas sociales", pues su significado se refiere a cómo nos proyectamos en sociedad.
  • Urano, Neptuno y Plutón son los llamados "planetas transpersonales". Al ser planetas muy lentos, afectan por igual a grupos generacionales de personas. Sólo se tienen en cuenta en la interpretación de la carta natal cuando aspectan a alguno de los otros planetas. Son muy importantes en los tránsitos, es decir, cuando estudiamos qué planetas están afectando a nuestra carta en cualquier época de nuestra vida.
     No debemos olvidar que cada planeta es regente de un signo astrológico, por lo que es fácil confundir los significados de unos y otros. El Sol es regente de Leo, la Luna de Cáncer, Mercurio de Géminis y Virgo, Venus de Libra y Tauro, Marte de Aries, Júpiter de Sagitario, Saturno de Capricornio, Urano de Acuario, Neptuno de Piscis y Plutón de Escorpio.

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3 de octubre de 2012

Película "Un buda": la tierra y el agua, la búsqueda del yo

       "Un buda" es una película bellísima del director argentino Diego Rafecas. Es interesante comentarla desde el punto de vista astrológico porque describe, a través de sus protagonistas, dos formas de ver la  vida distintas aunque no irreconciliables que tienen que ver con el elemento astrológico Tierra y con el elemento Agua, principalmente.

       
         El argumento gira en torno a la relación de dos hermanos muy diferentes en cuanto a personalidad, pero unidos por una misma vivencia dramática: la desaparición de los padres cuando eran niños. Se llaman Rafael , (el que cura o sana, según su etimológica)  y Tomás (el más incrédulo de los apóstoles),  Parecen puestos al revés, según vamos viendo la película y conociendo a los personajes.

             Rafael, el mayor, es profesor de Filosofía; Tomás trabaja en una oficina, pero lo que realmente le gusta es meditar. Lo que les separa es cómo perciben la vida: Rafael es pragmático, racional, intelectual y realista, por lo que la vida es lo que ve y vive a través de su razón; Tomás es confuso, versátil, imaginativo, incapaz de mantener un orden en los asuntos materiales de la vida, y con un alto grado de consciencia espiritual y de capacidad para la autotransformación. Tauro-Capricornio frente a Piscis-Escorpio. Lo que les une es el padre: Rafael ha interiorizado un padre de tierra, que ha sabido llevar una vida normal con un trabajo, una familia, unos hijos y una religión aceptable; Tomás ha interiorizado al padre budista, al  espiritual.

         Rafael es el arquetipo de Tauro-Capricornio porque se sustenta materialmente, es tranquilo, habla con una cadencia pausada y tiene la simplicidad de quien disfruta de la estabilidad de la vida (Tauro) y, además, es intelectual, pragmático, realista y necesita crear estructuras físicas, mentales y emocionales en su vida para sentirse bien (Capricornio), Emocionalmente es débil. Es saturnino porque tiene muchas defensas emocionales que se desbordan cuando se toca levemente alguna de ellas, y es lo que ocurre a lo largo de la película. Es excesivamente racional, lo que tiene que ver con algún signo de aire, pero también con una mente de tierra. Como curiosidad, el director de la película es el que hace el papel de este personaje y, por lo que he podido comprobar, tiene el signo solar en Tauro.

            Tomás es el arquetipo de Piscis- Escorpio. La dificultad que tiene para mantener su trabajo, su relación de pareja, el dinero y la casa es el símbolo de una falta de elemento Tierra. Se evade en sus sueños, en la meditación, en las percepciones psíquicas que tiene. Vive más en el mundo interior que en el exterior y no es capaz de organizar y estructurar su vida. Por otro lado, Escorpio le lleva a profundizar interiormente, a buscar la transmutación de sus deseos y de los instintos sexuales y a sumergirse en los aspectos más perturbadores de la realidad (interior y exterior) para purificarse.

             Hay una escena de la película que se refiere muy claramente a ese aspecto Escorpio-Plutón, y es cuando Tomás va con su novia a lo que llaman "la cueva", el Club 69. La ambivalencia sexual del que está actuando, las sugerencias más o menos explícitas de la sexualidad, la mujer que baila con una boa (símbolo fálico y símbolo también de la kundalini, por lo que puede ser una referencia a la transmutación de las energías), remiten al principio del proceso de transformación.  La aparición de un grupo de monjes Zen en la discoteca y el que Tomás se ponga a meditar en el centro de la pista de baile me sugiere ese proceso de sumergimiento en los aspectos oscuros de sí mismo para purificarse y dar paso a la transmutación de los instintos.

            Otro guiño a Escorpio es la escena de Tomás en la oficina: en el plano en el que habla con una compañera, justo en la pared que queda a su lado hay un calendario y una foto del símbolo de Escorpio encima.

          La muerte, otro tema escorpiano, se le presenta literalmente como la muerte de su abuela y simbólicamente como la pérdida del trabajo, de la novia (aunque luego vuelve a retomar la relación) y de sí mismo casi cuando se somete a un ayuno extremo. Muere en un tipo de vida para renacer en otro.
Y no podían faltar los fenómenos paranormales: la aparición del fantasma de la abuela, las premoniciones y percepciones del futuro y la proyección en los sueños de su hermano y de su novia . Esto también tiene que ver con Piscis.

        Rafael, mientras, se ve obligado a trabajar con sus defensas emocionales. Su mundo perfectamente estructurado se va cayendo poco a poco empujado por la propia transformación personal de su hermano. Como todo cambio que ocurre dentro se manifiesta de alguna manera fuera, a medida que va destruyendo sus defensas, se le aparecen circunstancias externas que le obligan a cambiar: conoce a su pareja, que le habla sobre la filosofía hindú (es muy simbólica la escena en la casa de ella, cuando le ofrece compartir la copa griálica de vino, el símbolo de la sabiduría); se enfrenta al ayuno brutal de su hermano, que le obliga a plantearse el tema de la muerte y de la existencia; la novia de Tomás le obliga a ver una realidad que hasta ahora no entendía, porque su mundo estaba demasiado restringido... Hay una escena de un sueño que tiene Rafael en el que se le aparece su hermano sumergiéndose en las aguas del mar. Y aquí surge Piscis, en una clara alusión al "salvado por las aguas", al renacido por el agua. Surge también cuando Tomás le dice a su hermano que no necesita ser salvado, por lo que nos muestra un nivel elevado de Piscis, más allá de lo personal. En un momento dado le cuenta la siguiente historia:
"El mono ve el pez en el agua y sufre.  Piensa que su mundo es el único que existe, el mejor, el real. Sufre porque es bueno y tiene compasión. Lo ve y piensa: 'pobre, se está ahogando, no puede respirar?. Y lo saca y se queda tranquilo: 'por fin lo salvé'. Pero el pez se retuerce de dolor y muere."
          Piscis da la sensación de vulnerabilidad y para muchas personas los Piscis deben ser rescatados y salvados. A un nivel de trabajo interior Piscis conoce su camino. Y Tomás tiene claro lo que quiere y tiene que hacer en la vía de la liberación espiritual. Escoge, como su padre, el budismo, y todo su afán es llegar a la más alta transformación por este sendero. Ahí es donde se encuentra con el padre: haciendo el mismo camino. Y él llega por la vía de Escorpio y por la vía de Piscis. Tiene un samadhi, un éxtasis, pero no se queda ahí, sigue avanzado bajo las enseñanzas del maestro budista.

          La antítesis entre los dos hermanos, entre la personalidad tierra-aire y la personalidad agua, van en paralelo, pero cada uno, como individualidad, debe seguir su destino. Uno realiza mientras otro teoriza.
       Cuando Tomás llega al centro budista debe equilibrarse y el maestro le 'obliga' a trabajar, a manejar la materia. A Rafael le llegan otros mensajes:

"Estudiarse a si mismo es olvidarse de si mismo, es ordenarse, dejar que cada cosa ocupe su verdadero lugar sin categorías"
"La razón es tan esencial como la intuición. El problema de la razón es el límite" 
"Es como un condenado que está en la prisión orgulloso de su celda porque es grande".
          Todo es una referencia que, en términos astrológicos, se puede entender como  la faceta limitante de Capricornio-Saturno. No es cuestión de negar lo que se tiene, sino de completarlo con lo que no se tiene desarrollado para poder alcanzar la integridad. Tanto un hermano como otro tienen que completarse, pero cada uno de una manera diferente. Como dice el maestro budista: "con amor todo se cambia". El amor es lo que une, relaciona y completa, porque lo que está separado se funde en una nueva entidad.
           Quiero interpretar el final de la película como el acto de integración que experimentan los protagonistas hacia sí mismos a través del amor del padre. Ocurre en la escena en que ven la fotografía de éste con el maestro budista. Se cierra un círculo, pero la vida continúa. Se ha aprendido algo, pero no están todavía completados.